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Proyectos internacionales apoyados por #Seguimos: Uganda

La campaña #Seguimos de la Compañía de Jesús continúa traspasando fronteras apoyando proyectos de Cooperación Internacional, de la mano de Entreculturas y Alboan, para asegurar necesidades y servicios básicos allí donde la pandemia está impactando con más fuerza, como ocurre en Uganda con personas refugiadas y solicitantes de asilo.

Uganda

Uganda es uno de los principales destinos de las personas refugiadas y solicitantes de asilo de la zona del Cuerno de África. Su capital, Kampala, acoge uno de los mayores asentamientos de refugiados del país, pero sus condiciones no dejan de ser deficitarias  para cubrir las necesidades básicas de las personas allí establecidas: no hay suficientes medios que proporcionen sustento, educación, formación laboral, enseñanza del idioma…

Cuando en marzo de 2020 la pandemia Covid-19 alcanzó el pico de más riesgo en el país, la gran mayoría de las actividades que lleva a cabo el Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) Kampala para contrarrestar la vulnerabilidad de tantas personas, dejaron de funcionar. Muchas personas refugiadas vieron impedida la entrada de ingresos, lo que las situó en una encrucijada económica dificultando aún más su capacidad para mantenerse y conservar su bienestar social y emocional. El resultado fue un gran aumento de personas a las puertas de JRS-Kampala solicitando ayuda para alimentos, servicios médicos, alquiler, ropa y otros bienes de primera necesidad.

Con el apoyo de #Seguimos, JRS puso en marcha este proyecto con dos ejes de actuación fundamentales:

  • Provisión de necesidades básicas a más de 1.500 personas desde el inicio de la pandemia: alimentos, ayudas al alquiler, mantas, kits de maternidad, redes anti-mosquitos, colchones, almohadas y ropa, entre otros.  Además se ha facilitado el acceso a asistencia básica médica a través de la financiación y entrega de medicamentos, tratamientos, realización de test y pruebas médicas.

El equipo de JRS-Kampala ha realizado además 82 visitas a unidades familiares, con el objetivo de acompañar a las personas más vulnerables, valorar las ayudas concedidas y articular respuestas adicionales.

  • Apoyo psicosocial a 190 personas, a través de espacios grupales de terapia o sesiones individuales. Las principales problemáticas atendidas se encuentra la inadecuada información sobre sus derechos, la violencia sexual y de género, el estrés psicológico atribuido a los desafíos de satisfacer las necesidades diarias o hacer frente a problemas de salud derivados de la tortura.

Una de las personas que está recibiendo apoyo gracias al proyecto es Shakira Ramazani, refugiada congoleña, madre de dos hijos, que escapó junto a su familia hasta Uganda para buscar la paz y seguridad que en su país no podía encontrar.

“Pude beneficiarme de distintos tipos de ayudas como comida, alquiler o medicamentos que yo no me podía permitir. También me ofrecieron recibir un curso de peluquería y gestión empresarial. Antes tenía un negocio, pero con la llegada del coronavirus perdí todo mi capital, así que ahora trabajo en un pequeño negocio de venta de leche para poder cubrir algunas de mis necesidades”.

“Estoy muy agradecida porque me acogieron a mi familia y a mí y me ofrecieron su tiempo para escuchar mis problemas. Empezamos con ayuda psicológica para mi marido y para mí. Fue muy útil, me ayudaron a recobrar mi autoestima para enfrentar la vida desde otro punto. Hoy estoy orgullosa de mí misma, me siento una persona nueva”.